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MUJERES QUE NO LLORAN IV / “No nos sentimos reconocidas en los papeles femeninos”

La presidenta de CIMA, Virginia Yagüe, acompañada de las actrices Luisa Gavasa (CIMA) y Silvia Marsó (CIMA), habló en la Academia de Cine de la representación de la mujer en el cine y de la necesidad de un “cine más rico y más plural, con mujeres”. En el acto, de presentación del ciclo Mujeres que no lloran en su cuarta edición, las tres afirmaron: “No nos sentimos reconocidas en los papeles femeninos”. Joan Álvarez, director general de la Academia, también estuvo presente y destacó el “compromiso extraordinariamente positivo para la institución que suponen las líneas de actuación con CIMA”.

Rueda de prensa Academia
Foto: ENRIQUE F. APARICIO

La necesidad de analizar “lo que las intérpretes se encuentran en el cine español, pero también lo que echan en falta”; la reivindicación de más papeles femeninos interesantes para las mujeres maduras; la visibilidad de las profesionales; y establecer referentes de mujeres para las generaciones futuras son algunos de los objetivos que se han marcado con la labor de CIMA, en general, y este ciclo, en particular.

“Me niego a que decidan por mí que soy invisible”, manifestó Gavasa, que señaló el doble hándicap del género y edad. Por su parte, Marsó encuentra papeles más ricos en el teatro que en la gran pantalla donde, “a partir de los 40 somos las madres, las juezas, las esposas esquizofrénicas…”.

Convencida de que “nos merecemos un cine rico, diverso y plural”, Yagüe puso datos sobre la mesa, como que el presupuesto medio con el que cuentan las películas dirigidas por mujeres es solo de 800.000 euros, o que en las producciones nacionales el papel femenino “suele estar reducido a un rol de acompañante o está negativizado. En las excepciones, se pasa de un extremo a otro. Cuando la mujer es activa es una profesional muy cualificada, que ha renunciado a tener vida familiar, es más masculina que el propio hombre…”, desgranó.

Esta lucha la libran junto a sus compañeros de la industria, que en muchos casos no se dan cuenta de estas situaciones “porque ni se lo plantean. No es un machismo ex profeso, ellos creen que la igualdad está conseguida, pero cuando les exponemos los datos se empiezan a cuestionar cosas que no habían pensado. Está institucionalizado”, explicó Yagüe.

Contrarias a la etiqueta de ‘cine de mujeres’, que se asocia a un tema intimista de protagonistas femeninas, Yagüe defiende algo que puede parecer obvio, pero que aún falta por reivindicar: “Las mujeres hacen películas para todos y pueden hacer muy buen cine de género. Pero tradicionalmente han contado con menos de la mitad del presupuesto que los hombres. Eso implica que el cine que hacen es el que les dejan hacer”.

Para ellas “poco a poco el discurso va calando” y confían en que teniendo las escuelas de cine llenas de mujeres solo falta animarlas para que lideren los proyectos desde la primera fila como directoras, guionistas y productoras.

 

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