Las asociaciones de mujeres en la cultura que forman parte del Observatorio de Igualdad de Género del Ministerio de Cultura y Deporte han exigido en un comunicado la inmediata destitución de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). El texto lo firman la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), Mujeres en la Música, Mujeres en las Artes Visuales (MAV), Clásicas y Modernas y Mujeres en la Industria de Musical (MIM).
Condenamos su comportamiento en la ceremonia de entrega de premios de la final de la Copa del Mundo de Fútbol Femenino y que fue captado y retransmitido por televisión a todo el mundo.
Consideramos intolerables:
-sus declaraciones en la Asamblea Extraordinaria de la RFEF
-sus acusaciones de ‘falso feminismo’
-sus mentiras sobre el supuesto consentimiento del beso a la deportista Jenni Hermoso, desmentido contundentemente por ella -“Quiero aclarar que en ningún momento consentí el beso que me propinó y en ningún caso busqué alzar al presidente. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho”-
-y la complicidad que mostró la inmensa mayoría de los asistentes a la Asamblea Extraordinaria de la RFEF
La alegría de que las jugadoras de la selección española hayan conseguido el máximo galardón -ser las campeonas del Mundial de fútbol- no puede ser una excusa para aceptar lo que vimos: lo que para el señor Rubiales es “normal” no significa, en absoluto, que tenga que convertirse en norma.
No podemos quedarnos indiferentes ante un acto de agresión sexual. La propia agredida, señora Jennifer Hermoso, dijo en el vestuario: “No me ha gustado, pero qué hago”. Se trata, pues, de un acto “normalizado” de abuso de poder ya que, en ese momento, el señor Rubiales era su jefe máximo. Su “normalidad” había tenido un preámbulo obsceno en el palco presidencial, donde él representaba a España como presidente de la RFEF. Nada de esto puede ser indiferente ni situarse en el territorio de las anécdotas sin importancia.
Exigimos, por tanto, que el señor Rubiales sea depuesto de su cargo: un momento glorioso para las mujeres, para el avance de la igualdad, que está creando referentes más allá del deporte femenino, no puede verse manchado por la indiferencia cívica.
Rectificar a la víctima, la señora Jennifer Hermoso, como ha ocurrido en las últimas comparecencias, nos hace pensar en todas aquellas agresiones que no han tenido ni tienen una cámara delante para poder defenderse.
Lo visto, leído y escuchado en medios de comunicación estos días, tanto a nivel nacional como internacional, ratifica la distancia entre los avances sociales por la igualdad que la sociedad española quiere y por los que trabaja con logros evidentes para mujeres y hombres, y los comportamientos retrógrados y machistas de personas que, como el señor Rubiales, están fuera de su tiempo pensando que un poder igualmente retrógrado los hace impunes.
