La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha entregado el X Premio a la Cinematografía a la cineasta Isabel Coixet (CIMA). La ceremonia de entrega del galardón, que estuvo presidida por el rector de la UIMP, Emilio Lora-Tamayo, contó con la presidenta de CIMA, Cristina Andreu, encargada de la ‘laudatio’.
Cristina Andreu, en su lectura, destacó el coraje de esta cineasta, la más internacional de nuestro país y una luchadora por la no discriminación de las mujeres en el cine y el audiovisual.
Aquí el discurso completo que pronunció Cristina Andreu:
ISABEL COIXET, EL CORAJE Señor rector, consejo de gobierno, señoras y señores, muy buenas tardes. Isabel. Para mí es un honor hacer la laudatio a Isabel Coixet porque se le haya concedido el X Premio de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Es un honor ya que para mí representa lo que el cine debe ser y para definir esto, leo una frase de John Berger que expresa lo que es para mí y para la mayoría de los espectadores que admiran la filmografía de Isabel Coixet: "Por eso, una película -cuando alcanza la estatura de arte- se convierte en una plegaria humana. Una súplica y a la vez un intento de redención”. Y también es una enorme satisfacción, ya que se trata de una de las personas que mejor me conoce y a la que yo más quiero. Conocí a Isabel hace ya muchos año, nos tomamos un café en una plaza de Gracia y enseguida congeniamos por una coincidencia milagrosa, habíamos terminado a la vez el libro de John Berger, ‘Hacia la boda’, y nos había maravillado y dolido. Por eso es por lo que he empezado con una cita de Berger, porque él comenzó a unirnos. Años después, los dos se tenían una gran amistad, que se plasmó en el homenaje que Isabel le hizo a modo de instalación, ‘From I to J’, en donde no se ven los rostros en esta ocasión de las actrices, pero las voces de mujeres que susurran, envuelven, se enojan, se entristecen, aguantan y esperan al hombre encarcelado, es una experiencia que por arte de magia se convierte en cinematográfica. Pero me he desviado y vuelvo al camino principal. El día que conocí a Isabel me mostró fragmentos de la película que había conseguido rodar, gastándose todo el dinero que había ganado con la publicidad. ‘Cosas que nunca te dije’, no sé por qué en mi memoria esas primeras imágenes las recuerdo en blanco y negro, cuando es una película con mucho color, pero creo que es porque me devolvió a la infancia, cuando veía esas películas que me transportaban lejos, lejos de la realidad. Me quedé atónita, sorprendida y en las pocas escenas que vi se decía una frase, creo que sí, si no es así, luego me corriges, Isabel. "Ayuda a los demás para no tener que ayudarse a sí mismo". Y se me quedó y dio vueltas alrededor mío hasta ahora mismo. La película tuvo mucho éxito en el Festival de Berlín, un festival que siempre ha estado muy unido a ella, y ahí comenzó la carrera tan exitosa de Isabel. No voy a hablar de todas sus películas, pero si las voy a nombrar todas, por si algunos de los aquí asistentes se dan cuenta de que no han visto alguna y al salir de aquí van corriendo a conseguirlas. Voy a nombrar las películas de ficción: ‘La librería’, ‘Nadie quiere la noche’, ‘Aprendiendo a conducir’, ‘Ayer no termina nunca’, ‘Mapa de los sonidos de Tokio’, ‘Elegy’, ‘La vida secreta de las palabras’, ‘Mi vida sin mí’, ‘A los que aman’, ‘Cosas que nunca te dije’. También ha intervenido en películas colectivas, ha hecho cortos y ha hecho numerosos documentales, pero me centraré en dos ‘Conversaciones con el Juez Garzón’ y ‘Hablando sobre Rose. Prisionera de Hissene Habré’. En todo el cine de Isabel se ve su gran implicación con la realidad, la cotidiana y la política. Yo creo que la política, aunque no expresamente, está en todo su cine, ya que Isabel es una ciudadana comprometida, por lo que nada de lo que ocurre le puede ser ajeno. Y su mirada directa contra las injusticias, la hace involucrarse. Y además es una ciudadana del mundo, su visión es amplía, y por lo tanto se compromete más allá de su cine, en sus columnas, escritos, por ejemplo sobre este reduccionismo que se está viviendo Cataluña. ¿Cómo puede alguien, que tiene una mirada amplia, internacional, de ciudadana del mundo, entender los nacionalismos? No puede y lo expresa valientemente. Bueno, parece que lo de hoy es perderme y no seguir el camino que tengo encomendado, hablar del cine de Isabel Coixet. En todas las películas de Isabel, las protagonistas son mujeres, mujeres fuertes, mujeres que toman decisiones aunque después de muchos esfuerzos. Voy a empezar por Ann de ‘Cosas que nunca te dije’, es una mujer perdida, destruida, pero que encuentra la manera de salvarse en los pequeños detalles, en esos detalles que hacen que las mujeres y muchos hombres se sientan comprendidos. Ejemplo: mujer llorando, Ann se acerca a ella y le dice que si le puede ayudar, pero la otra no puede dejar de llorar, no puede porque no queda helado de capuchino commotion en el supermercado. Seguro que a todos ustedes les ha pasado esto alguna vez, o parecido, lo bueno es que casi siempre al final lo encuentras, pero no el día que lo necesitabas. Matilde de ‘A los que aman’, película atrevida, ya que hace lo contrario de lo que piensan que va a hacer Isabel en su siguiente película. Hace una película de época. Matilde es una mujer que ama, que siente esas pasiones que ocurren muy poco, que te cambian la vida. Durante la escritura del guion, Isabel estaba embarazada de su hija Zoe, que con solo con unos meses ya estuvo en el rodaje. Yo creo que en Isabel pesó esto, era una época la del presente, que no le gustaba para su hija, toda la tecnología, la rapidez. Necesitaba del romanticismo que encarna Matilde hasta sus últimas consecuencias. Y otra Ann, en una de las películas en las que más he llorado en mi vida, ‘Mi vida sin mí’, solo comparable a lo que lloro con ‘La edad de la inocencia’. Creo que hay pocos personajes tan bien escritos y tan bien interpretado por Sara Polley. Estás con ella siempre, ves su interior, sus pensamientos, respiras con ella y sufres con ella. Solo una persona con la empatía hacia los demás que tiene Isabel es capaz de transmitirnos esta historia de una mujer que lucha por un final feliz, aunque no sea el suyo. Y ahora Hanna, otra Ana, en ‘La vida secreta de las palabras’. No creo que a nadie se le pueda ocurrir una historia en una plataforma petrolífera en mitad del mar, y en un mundo tan masculino introducir a una mujer. Y a una mujer bosnia, una mujer rota completamente, sin ningún tipo de salvación posible, y allí en mitad del mar, al poder ayudar, empieza a sentir algo, algo en su cuerpo muerto. Pequeñas cosas, la amabilidad, el gusto por la comida, el amor. No tengo tiempo de hablar de todas las películas de Isabel, pero no puedo obviar ‘Ayer no termina nunca’. Porque fue un regalo y nunca, nunca se lo podré agradecer bastante. Y C., esa madre muerta por el dolor, un dolor que tiene que convertir en algo para los otros, en luchar, para que la rabia no la destruya del todo. Y Josephine Peary y Riu, en ‘Nadie quiere la noche’. Es una película que me duele. Estoy segura de que pasará a los clásicos del cine. Estoy segura de que la historia me dará la razón. Esas mujeres fuertes, solas, incapaces de entenderse pero que al final lo hacen. Y en esa relación veo tan claramente que Isabel es una mujer, nunca un hombre podría haber conseguido salvar esa distancia, acercarlas como lo hace. Y ‘La librería’, hace años que el guion de esta película lo había escrito Isabel. Pero justamente ahora que ha podido hacerla, es cuando más se parece a Florence, sabe lo que quiere, sigue siendo un poco ingenua, pero es muy valiente y lucha por lo que quiere, no le importa el qué dirán. Isabel es Florence y Florence es Isabel. Hay muchas más mujeres importantes en el cine de Isabel: Evax, Consuela, Wendy, y algunas más que recuerdo pero sé que no me queda mucho tiempo. Pero, ¿por qué he hablado tanto de las mujeres de las películas de Isabel? porque Isabel lucha con ellas, a su lado. Isabel sabe muy bien lo que le cuesta a una mujer hacer una película, en comparación a los hombre, las estadísticas de directoras en España y en el mundo es espeluznante. Estamos hurtando al mundo lo que piensan las mujeres, estamos contando la mitad de la historia. Y estoy segura que lo estamos pagando muy caro, toda esta violencia hacia las mujeres es porque los estereotipos que nos representan son mentira, nos cosifican y así va el mundo. Y lo increíble es que a la mayoría de los hombres esto no les importa, ¡y que no se les caiga la cara de vergüenza! Y digo también esto, porque sé lo que tiene que luchar Isabel para hacer cualquiera de sus películas, no tiene ni ha tenido nunca un productor detrás que le diga ¿qué quieres hacer ahora? Para Isabel, cada película es un inicio más, una vuelta a empezar. Sus películas son más baratas y con menos tiempo para hacerlas que las de sus colegas, pero lo que pasa es que tiene la grandeza de la Directora de Cine que es, y con esfuerzo hace que no lo parezca. Así como haber conseguido que los grandes actores de todo el mundo quieran rodar con ella aunque sea por muy poco dinero. No quiero dejar a los hombres de las películas sin aparecer, les voy a dejar hablar, poco, y eso que yo creo estar enamorada de todos. Joseph en ‘La vida secreta de las palabras’: "Aprenderé a nadar Hanna, te lo prometo, aprenderé a nadar". Edmund Brundish en ‘La librería’: "Lo que más valoro en los seres humanos es la única virtud que comparten con los dioses y con los animales, el coraje. Y usted, señora Green, posee esa cualidad en abundancia". Y tú, Isabel tienes también esta cualidad, el coraje, en abundancia. Y me he reprimido y no he hablado de las lavanderías.