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Marian Matachana regresa de Iraq, donde se rueda ‘Sinjar’

La productora Marian Matachana (CIMA), obligada por la crisis del coronavirus, ha regresado a España desde Iraq, donde Anna Bofarull (CIMA) finaliza el rodaje de ’Sinjar’. Miembros de equipo no considerados de riesgo han permanecido allí para terminar el trabajo. Presentado en Belgrado en el mercado de coproducción Fest Forward, Women in Film, el filme ha recibido hasta el momento las ayudas a desarrollo de Fundación SGAE, ICEC (Generalitat de Catalunya) y CECAAC, además de participar en el programa de escritura de guion Sources 2 (participado por Europa Creativa MEDIA).

“¿Hasta dónde estarán dispuestas a llegar tres mujeres para traer de vuelta a los que quieren?” En ‘Sinjar’, Carlota está buscando a su hijo, que se ha marchado a hacer la Yihad; Hadia es una esclava yazidí, presa en una casa en Siria junto a tres de sus hijos; Arjin es una joven que busca desesperadamente a su familia y que se unirá a la guerrilla kurda para conseguirlo.

Jackie pasa las horas delante de la pantalla de su ordenador, navegando por la red, mirando y volviendo a mirar todos los videos que encuentra donde aparecen soldados del Estado Islámico. En las caras de los jóvenes combatientes está intentando reconocer el rostro de su hijo, Lucien. Todo lo que sabe de él es que se encuentra luchando en Siria. Una noche Lucien le escribe para decirle que se siente bien, está llenando de sentido su vida. Ese será el último mensaje que recibirá de Lucien antes de que le comuniquen que ha fallecido en una misión.

Hadia vive con sus tres hijos en Siria, en algún pueblo situado bajo el control del califato del Estado Islámico. Hadia no es más que una esclava en casa de Abu Omar y su mujer, un anciano fanático que la utiliza como sirvienta y de la que abusa sexualmente con regularidad. Hadia lo acepta, hace tiempo que ya no se resiste, lo único que le importa es proteger a sus pequeños.

Arjin es una joven yazidí que combate en la guerrilla kurda en Irak. Vestida de militar, Arjin nunca deja de lado su kalashnikov y se ofrece voluntaria en cualquier misión peligrosa para acabar con los soldados del Estado Islámico al que combaten. Se muestra muy reservada junto a sus compañeros, y es que Arjin carga con una gran piedra a sus espaldas: Sinjar. Originaria de esta pequeña ciudad iraquí, Arjin fue testigo de la llegada y ocupación por parte del Estado Islámico, vio cómo los soldados se llevaron a todos los hombres -entre ellos, su padre- y sometieron a cautiverio y violaciones a las mujeres. Fue allí donde Arjin perdió de vista a su madre y a sus hermanos pequeños.

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