La cineasta irlandesa Aishling Walsh ha recuperado la figura de la pintora Maud Dowley Lewis, considerada pionera del Arte Naïf, en ‘Maudie, el color de la vida’, una película protagonizada por la actriz Sally Hawkins y escrita por Sherry White. Se estrena en cines el 23 de junio. Es una historia de lucha por la independencia, de amor y felicidad, de igualdad en la pareja y de pasión por el arte.
Sally Hawkins y Ethan Hawke, protagonistas de la película, han recibido elogiosas críticas por sus interpretaciones en este biopic sobre la pintora Maudie Dowley Lewis, en el que se cuenta el momento, probablemente, más importante de su vida, el día que decidió acudir a un anuncio de trabajo como asistenta en casa de un pescador huraño y solitario.
Era su modo de conseguir la independencia que su familia le negaba. Aquejada de artritis reumática desde niña, encorvada y con problemas de movilidad, cuando sus padres murieron, su hermano la llevó a casa de una tía. Maudie, apasionada por la pintura, quería su propia vida y luchó por ello.
Con Everett Lewis, el pescador que la contrató, la relación no fue nada fácil al principio, pero poco a poco el uno se reconoció en el otro, al fin y al cabo a ambos les había marginado de alguna manera la sociedad. El amor creció entre ellos y se convirtió en una historia romántica de más de 35 años, hasta su muerte.
En esos años, Maudie pintaba y Everett la cuidaba y la ayudaba para que pudiera pintar. Empezó a vender sus pinturas por unos pocos dólares hasta que empezaron a hacerse populares y llegaron mucho más lejos de su pequeña casa en Nueva Escocia. Hoy su obra está en muchas grandes colecciones de Norteamérica.
La película que recupera la memoria de esta pintora es un trabajo en el que predomina el equipo femenino, con la cineasta irlandesa Aishling Walsh a la cabeza y la guionista Sherry White.