La gran cineasta Agnè Varda, Premio Donosti en esta edición del Festival de San Sebastián, recordó cómo cuando “comencé a hacer cine en Francia había tres o cuatro mujeres. Como mujer, yo he querido hacer un cine radical.
La única representante de la nouvelle vague comentó, en una entrevista con la cadena SER, que antes “yo sugería a las mujeres que estudiasen cine, que salieses de las cocinas, de sus casas y cogieran las cámaras de cine. Ahora en Francia sí hay bastantes mujeres cineastas que han sido aceptadas por la industria porque hacen dinero. El dinero es la clave”, explicaba.
Autora ahora de una magnífica y muy inspiradora película documental ‘Caras y lugares’, codirigida junto al artista urbano J.R., Varda mantiene ese espíritu libre que supuso la nouvelle vague. “Era la libertad de salir de lo preconcebido, de los cajones, de los armarios”.